Mañana voy a
escuchar el sonido del mar más bonito del mundo (¿Cómo se consigue ser parte
del jurado de los mejores sonidos del mar? ¡Yo quiero!). Eso, si no me
quedo dormida y pierdo el vuelo otra vez, claro. Pero que esta vez tengo un
truco de garantía: le he pedido a mi madre que me llame y que me despierte. ¡Benditas
sean las madres por cuidarnos, independientemente de la edad que tengamos!
Así que con
bastante seguridad me voy a la tierra que tanto tiempo llevo deseando conocer,
la tierra del mar y del frío y de los mariscos y de los hombres barbudos.
Esto de
viajar sola es toda una aventura, ¡no voy así de entusiasmada desde el colegio,
creo!
Me he propuesto unos objetivos para el viaje:
Me he propuesto unos objetivos para el viaje:
* Ir a la
playa por mucho que sea llevando parka.
* Leer un
par de libros que tengo pendientes desde hace una eternidad (el último de Zadie Smith y el último de
Jeffrey Eugenides, sí o sí. Si me da tiempo, tengo a Bukowski,
claro).
* No
acercarme a un ordenador ni nada que se parezca mínimamente a un aparato
electrónico, móvil incluido.
* Emborracharme
con desconocidos.
* Ver,
escuchar y olisquear el mar que tanto echaba de menos. Sentir su presencia
tranquilizadora y conciliadora. Perderme en su movimiento, relajarme al ver su
infinidad. Respirar hasta el fondo y decir ¡estoy viva!
Ya les contaré
qué tal la experiencia. Viajo con muy poco peso y con el alma abierta a las aventuras.
Sintiéndome libre y fuerte, con ganas de que el viento del Atlántico me
lleve a sitios antes desconocidos.
imagen: no tengo ni idea, otra vez, very sorry.
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